Suaves, suaves, baladas de amor
lo romántico del milenio que paso…
…en el fondo se escuchan cada Sábado desde que se caso.
Suaves, suaves, sus manos sin dolor,
fueron algún día sin agua y sin jabón..
Trapea el piso del baño al sonido del
radio del cuarto al lado,
la serenata que canta Pilar para el piso del baño
recién lavado.
Emmanuel y Rocío los anfitriones de la
fiesta más intima entre su lugar rentado y las tantas cosas que ha comprado.
Talla cada esquina, hasta sacarle brillo
al vidrio.
Es su premio presumir sin polvo en su nido.
Es su premio presumir sin polvo en su nido.
Y un castigo limpiar lo que se volverá a ensuciar…
Trastes y trapos en su lugar, cada con su uso y con su forma de ser.
Porque separa los platos para comer de
los calcetines para correr?
Talla, talla tantas tazas y lo suave de
sus manos se dejara de ver.
El mito de sus manos que algún día
fueron suaves se dejara de ser…
La alegría amarga de las canciones que escuchaba alumbra
cuando limpio yo mi hogar.
Su herencia, ahora...en cada esquina sin
mugre y en cada espejo rechinando cuando la luz y el brillo se ponen a bailar.